Alimentación y piel ¿lo que consumimos como la afecta?

Alimentación y piel

¿Los alimentos que consumimos afectan la salud y el aspecto de nuestra piel?

La respuesta es que si!

Existen muchos estudios que demuestran la asociación de la dieta occidental, basada en carbohidratos hiperglucémicos (azúcar), leche de vaca y grasas saturadas con distintas enfermedades de la piel como acné, psoriasis, rosácea y dermatitis atópica.

Hablando específicamente del acné

se sabe que alimentos como: el azúcar blanco, el pan blanco, los productos azucarados (gaseosas, golosinas y chocolate), papas, fideos y el arroz blanco provocan un aumento rápido del azúcar en la sangre. Esto se conoce como índice glucémico alto. El consumo de estos alimentos lleva a que el cuerpo produzca más insulina, que estimula a su vez la secreción de andrógenos (hormonas masculinas). Esto conlleva una producción excesiva de sebo (seborrea o grasitud de la piel) y la hiperqueratinización (células que obstruye las glándulas sebáceas). La seborrea y la hiperqueratinización son claves en la aparición de lesiones del acné como pápulas, pústulas y comedones (puntos negros).

¿Y qué pasa con la leche?

Los alimentos lácteos también se han visto asociados a la producción de acné. Si bien son alimentos que no elevan tanto la insulina en sangre (índice glucémico bajo) se cree que su acción se relaciona al contenido de hormonas. Al igual que los seres humanos, las vacas producen hormonas durante su embarazo y estas hormonas tienen un efecto similar al de la insulina sobre el ser humano, estimulando la producción de andrógenos. Existen otros alimentos que se relacionan con el nivel de inflamación como la fibra dietética, los antioxidantes, el zinc y el equilibrio de ácidos grasos omega 3 vs omega 6.

Estos alimentos están siendo cada vez más estudiados, y son el futuro en el tratamiento de las patologías cutáneas.

Muchos datos pero una verdad…

Busquemos dietas bajas en ultraprocesados e hidratos de carbono y consumamos alimentos reales como frutas, verduras, legumbres, carnes magras, pescado, marisco, huevos, cereales de grano entero o integral. Una opción fácil para darnos cuenta que un alimento es un ultraprocesado, es leer las etiquetas. Si nombran muchos componentes que no sabemos que es, indica que tiene agregados químicos que pueden modificar nuestro perfil hormonal y por lo tanto, notarlo en nuestra piel. Volver a comer como nuestros abuelos, va a llevar a disminuir muchas de estas patologías.

Colaboración de: Adriana Senarega Médica Dermatóloga.

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