CRONONUTRICIÓN

Diversos alimentos según el horario

El momento del día en que comemos, ¿Es tan importanante como lo que comemos?

Todos los seres vivos tenemos un sistema de reloj circadiano interno que establece a lo largo del día los tiempos para diferentes procesos fisiológicos en función de los cambios ambientales diarios, como ejemplo el ciclo de producción de melatonina (hormona que controla el ciclo de sueño – vigilia), está relacionado con los estímulos de luz y oscuridad que llegan a las células oculares.

De esta forma nuestro reloj interno nos indica mediante secreción de hormonas, cuando es momento de dormir por ejemplo.

Es por esto que en función de la ingesta de alimentos, de fármacos o de diferentes actividades nuestro reloj interno establece ritmos para las funciones básicas del organismo, tales como la digestión y absorción de nutrientes.

Así, la crononutrición se basa en la estrecha relación que existe entre la nutrición y los ritmos circadianos, que tiene como único fin el beneficio de la salud, ya que nuestros patrones de alimentación regulan funciones metabólicas que genéticamente están vinculadas con nuestros ritmos biológicos.

Por eso, una dieta excesiva, desordenada en horarios o períodos de ayuno prolongados más allá de lo habitual, así como aperitivos nocturnos en horas en que ya nuestro reloj interno nos indica que deberíamos estar durmiendo pueden alterar ritmos circadianos y conducir, con el tiempo, a desordenes metabólicos.

La CRONONUTRICIÓN

Fundamenta que los horarios SI importan, porque el cuerpo trabaja de manera distinta según la hora de día. Porque hay sustancias neuronales que son esenciales para regular el humor, el sueño y también las compulsiones alimentarias.

Para sintetizar estos neuromediadores, son necesarios ciertos aminoácidos que son provistos por los alimentos y deben ser consumidos en los momentos del día propicios, porque esto influye en el metabolismo y ayuda a controlar el peso.

Estos relojes biológicos están calibrados alrededor de las 24h del día (ritmo circadiano) y son reajustados cada día por los sincronizadores externos (alternancia día/noche o trabajo/reposo, vida social, alimentación etc.). A grandes rasgos podemos decir que la actividad diaria de nuestras células tiene dos fases:

  • De las 05:00h a las 17:00h: generan la energía necesaria para las múltiples actividades que nos ocupan durante el día.
  • De las 17:00h a las 05:00h: se dedican, sobre todo, a la reparación y la regeneración para el día siguiente.

Atendiendo a nuestro ritmo biológico, las pautas de la crononutrición son:

En la primera mitad del día se necesita el aporte de proteínas ricas en Tirosina para lograr la síntesis de Dopamina y Noradrenalina que permiten la activación física y mental. Algunos alimentos ricos en Tirosina son: leche y derivados, quesos, almendras, semillas de calabaza, maníes, cereales integrales, pescados y legumbres.

En la segunda mitad del día se necesitan alimentos proteicos que aporten Triptófano para la síntesis de Serotonina y Melatonina que favorecen la serenidad la relajación al final del día. Para ello se debe consumir carne de pavo o pollo, pescados azules como salmón y atún, huevo, bananas, chocolate amargo, semillas de sésamo y girasol.

Otra de las directrices que tiene la crononutrición es que debemos tener la comida más copiosa en el desayuno y la más ligera en la cena que se resume en la famosa frase: “Desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y cenar como un mendigo”

Colaboración de: Lic. en Nutrición Gabriela Loyola

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