La miel es uno de los alimentos más puros, naturales y con mayor cantidad de beneficios sobre nuestra salud.
Regula el azúcar en sangre
Parece extraño, pero así es. El secreto está en la balanza de fructosa y glucosa. Cuando se consume miel, la porción de fructosa permite que la glucosa sea captada por el hígado para formar glucógeno que pasa a estar disponible para el cerebro, el corazón, los riñones y las células rojas de la sangre. Esto mejora el funcionamiento de los órganos y tejidos esenciales, eliminando la glucosa de la circulación.
Reduce el estrés metabólico
El estrés emocional, psicológico o fisiológico se traduce en el cuerpo como estrés metabólico. Ocurre cuando el cerebro piensa que está en peligro de quedarse sin combustible: al ejercitarse o durante el sueño nocturno, por ejemplo.
Tendremos reservas suficientes si consumimos miel natural a intervalos regulares durante todo el día (especialmente antes y después de hacer ejercicio).
Promueve la recuperación del sueño
El azúcar natural que contiene la miel produce una ligera secreción de insulina, lo que permite la secreción de melatonina, una hormona vital para la regulación diaria del sueño y vigilia.
Combate el estreñimiento
Aunque tiene una función principalmente energética, al llegar al colon se comportan de una forma similar a la fibra vegetal, ejerciendo un efecto laxante suave.
Mejora la función cerebral
La función del calcio en el cerebro es importantísima ya que las neuronas utilizan el calcio para originar la señal eléctrica que se conduce de una neurona a otra para comunicar los mensajes. Hay información científica que demuestra que la miel natural ayuda a absorber y fijar el calcio en el cuerpo, favoreciendo una correcta función cerebral.
Para tener en cuenta
La miel resulta buena aliada para determinadas etapas de la vida, y del día. “Beneficia a deportistas, niños en crecimiento, adultos mayores, personas con trabajos forzados o que tienen carga intelectual extra, ya que aporta una dosis adicional de energía que se consume rápida y fácilmente”, además “Pueden utilizarla personas que estén bajando de peso, si controlan las cantidades”.
La única excepción son los bebés: “Es aconsejable que la consuman a partir de los 2 años de nacidos, ya que la composición de miel puede traer una toxina que los jugos gástricos de los niños no pueden disolver; podría causar botulismo”.