Monóxido de carbono:

Hornalla encendida

Lo que hay que saber sobre un enemigo silencioso que ataca en invierno

Es el causante de las intoxicaciones más frecuentes y más difíciles de diagnosticar sobre todo con la llegada del invierno. Es importante tomar precauciones al momento de cocinar, bañarse o calefaccionar el hogar. Cómo evitar, detectar y actuar ante la presencia de este gas mortal.

Las intoxicaciones por monóxido de carbono (CO) son evitables con una correcta instalación de los artefactos de gas y una adecuada ventilación del hogar.

Para que no queden dudas: el monóxido de carbono (CO) es un gas venenoso que arrastra una trágica estadística en la Argentina. Según las cifras oficiales el monóxido de carbono mata aproximadamente a 200 personas por año.

El mensaje más importante es que las intoxicaciones por este gas sinuoso y mortal -que no se ve y que no se huele- son evitables

El CO se produce por la combustión incompleta del carbono presente en materiales como leña, carbón de leña, gas, kerosene, alcohol, gasoil y nafta. Está presente en el humo expulsado por automotores y camiones, candelabros, estufas, fogones de gas y sistemas de calefacción.

«El monóxido de carbono no tiene color, olor, sabor, no irrita los ojos ni la nariz. Al ser tan imperceptible, es necesario tomar medidas preventivas»

Doctor Silvio Aguilera

La inhalación de monóxido de carbono reemplaza al oxígeno en el torrente sanguíneo, lo que conlleva al sufrimiento de distintos órganos como el corazón y el cerebro. Quienes tienen mayor riesgo de intoxicación son los niños pequeños, los adultos mayores, las personas con enfermedades cardíacas y/o pulmonares, los fumadores, pudiendo provocar alguna sintomatología o la muerte misma.

Cómo evitar el envenenamiento por CO

Además de ventilar toda la casa una vez por día, es fundamental mantener siempre abierta una ventana o puerta en los ambientes calefaccionados aunque haga frío.

  • Observar que la llama de gas sea siempre de color azul. La llama amarilla o anaranjada es signo de mala combustión y generación de monóxido.
  • Si usa brasero o estufa a kerosene, apagarlos fuera de la casa antes de irse a dormir. No dormir con dichos artefactos encendidos.
  • No instalar calefones en el baño, ni en espacios cerrados o mal ventilados.
  • En baños, dormitorios y ambientes cerrados solamente instalar artefactos con salida al exterior (tiro balanceado).
  • Controlar anualmente las instalaciones y el buen funcionamiento de los artefactos de la casa.

La médica toxicóloga del Hospital Alemán Marta Braschi advierte:

que, en caso de que se trate de un escape de gas, «se percibe fácilmente porque tiene olor feo». Contrariamente el mayor problema con «el monóxido de carbono es que no tiene olor, y como desplaza la unión del oxígeno de la hemoglobina, la persona comienza a oxigenar mal y puede presentar náuseas, cefaleas, mareos, convulsiones o vómitos, dependiendo de la concentración del gas y el tiempo de exposición».

Medidas a tener en cuenta:

Existen detectores de monóxido de carbono que se pueden colocar en distintos punto estratégicos de los hogares para que a través de un “bip” detecten la presencia del CO

«Es importante  verificar si la llama de la cocina y las estufas es amarilla en lugar de azul, limpiar las estufas todos los años antes de ponerlas en funcionamiento y revisar los tirajes de hogares a leña y salamandras», puntualizó la toxicóloga.

Sobre la atención que debería recibir una persona intoxicada con monóxido de carbono, la especialista explicó que «se le debe administrar oxígeno al 100% por máscara o respirador si la persona está inconsciente». «Y en el ideal de los casos introducirlo en una cámara hiperbárica, que reduce el tiempo de tratamiento». Aunque aclaró que este tipo de equipamiento «no está disponible en todos los centros de salud».

Algunos síntomas para estar prevenidos

Ante cualquiera de los síntomas abajo detallados, y la sospecha de estar intoxicado con monóxido de carbono, ventile el ambiente, salga al aire libre y solicite ayuda médica inmediata.

  • Dolor de cabeza.
  • Náuseas o vómitos.
  • Mareos, acompañados de cansancio.
  • Letargo o confusión.
  • Alteraciones visuales.
  • Desmayo o pérdida de conocimiento.
  • Convulsiones.
  • Estado de coma.
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