En el año 1900, Bordet y Gengou, identificaron al agente. El Coqueluche es una enfermedad bacteriana aguda que afecta el árbol traqueobronquial y se caracteriza por accesos de tos espasmódica violenta, tanto más peligrosa cuanto más pequeño es el enfermo. Es una de las principales causas de muerte por enfermedades inmunoprevenibles en el mundo, en menores de 5 años.
Epidemiología
El hombre es el único huésped. El contagio se produce por secreciones del árbol respiratorio, con un período de alta contagiosidad durante la etapa catarral. La aislación del afectado, históricamente debía ser de 3 semanas, aunque los nuevos antibióticos han disminuido ese tiempo a una semana.
Los brotes se producen por acumulación de susceptibles (no inmunes). El 90% de los contactos familiares en esta condición, adquieren la infección. También se contagia desde formas leves o atípicas en adolescentes y adultos, quienes actúan como reservorio y fuente de infección. Los ciclos epidémicos se dan cada 3 a 5 años.
La OMS estima unos 50 millones de casos anuales, con un 70% de incidencia en menores de 5 años y el 90% en no vacunados. Actualmente está aumentando la incidencia en adolescentes y adultos.
Alrededor de 500.000 personas mueren en el mundo por esta afección. La incidencia es más alta en los desnutridos e infectados crónicos. El 90% de infectados se da en menores de 1 año (el 75% corresponde a menores de 6 meses). El 50% necesitan internación.
Clínica
Actualmente, y ya en conocimiento que la enfermedad no deja inmunidad duradera, se está produciendo una reemergencia a nivel mundial, tanto en países desarrollados como subdesarrollados.
La incubación dura entre 7 y 10 días (rango de 5 a 21). Luego aparece la clásica tos irritativa que lentamente se transforma en insidiosa, con estadíos de tos continua paroxística y sin inhalación de aire, que finaliza con una inspiración profunda, sibilante y sonora (estridor), por la necesidad imperiosa que tiene el enfermo de recuperar oxígeno .
En esta etapa, puede haber expulsión de secreciones mucosas claras, muy adherentes que son características de esta enfermedad. En los más pequeños pueden manifestarse a través de vómitos.
Este cuadro típico es el que permite realizar el diagnóstico, además de los estudios de laboratorio, que consiste en la detección del genoma viral del microorganismo en las secreciones nasales de niños por PCR y de la detección del aumento de anticuerpos en dos muestras pareadas de suero para el caso de adultos y adolescentes.
Los pacientes adolescentes y adultos, frecuentemente, llegan a la consulta cuando la enfermedad está ya avanzada, (etapa paroxística o de convalecencia). Esto, sumado al hecho de que el cultivo y la PCR tienen menores probabilidades de dar resultados positivos que en población pediátrica, es que para estos grupos etarios la serología resulta una metodología apropiada para el diagnóstico de coqueluche.
A diferencia de otras enfermedades prevenibles, el Coqueluche no produce transferencia de anticuerpos maternos durante el embarazo; por lo tanto, el inicio de la vacunación debe ser temprano.
Se ha demostrado que la inmunidad que confiere la enfermedad no es duradera. La inmunidad producida por vacunación disminuye transcurridos entre 5 a 15 años de la vacunación. Los reservorios de Bp son los adolescentes y adultos jóvenes que presentan infecciones leves y contagian a los bebés o niños pequeños no inmunizados o parcialmente inmunizados. Por esta razón algunos países ya aconsejan revacunar a adolescentes o adultos con vacunas acelulares, que provocan menos efectos adversos.
El Coqueluche es una enfermedad endemoepidémica, de notificación obligatoria, que ha provocado en el pasado importantes brotes con casos mortales, especialmente en lactantes. Entre 1972 y 1984, se produjeron brotes cada 4 años.
Desde 1985 se incorporó la triple bacteriana (DPT) al ingreso escolar, ya que el brote del año anterior se había dado por acumulación de susceptibles en ese grupo (tasa de incidencia del 52.4/100.000). Esta decisión cambió el ciclo en forma contundente.
La tasa de notificación descendió hasta el año 2003 y a partir de allí comenzó a ascender nuevamente (2007; 6,5/100.000) con brotes en pre-escolares, adolescentes y adultos jóvenes; presentes en el 50% de las provincias.
Como Prevenir el Coqueluche
Se debe reforzar la vigilancia y controles de foco de los casos sospechosos, y la vacunación a todas las edades, fortaleciendo la dosis de cuádruple de los 18 meses y la recomendación de vacunar a las embarazadas a partir de la vigésima semana de gestación con vacuna triple bacteriana acelular (dTpa).
El propósito de todas las recomendaciones es disminuir la carga de enfermedad en los menores de 1 año y particularmente en los menores de 6 meses, quienes soportan la mayor morbimortalidad: en el año 2011 fallecieron 70 lactantes por tos convulsa, siendo el 91% de ellos menores de 4 meses de vida que no estaban protegidos por las vacunas, por no tener la edad suficiente aún para recibirlas.
Colaboración: Bioquímica Lucero Noelia – Lic. en Biol. Molec. Lucero Adrián