Regreso a Clases: Un Momento Cargado de Emociones

Regreso a clases

Hace algunos días iniciaron las clases. Luego de las vacaciones los docentes y los estudiantes volvieron a la escuela. 

Estos inicios son muy importantes y se viven con intensidad, tanto en los padres como en los niños: nos encontramos frente a expectativas, ilusiones, temores, y surge la pregunta ¿cómo acompañarlos en sus emociones?

Apoyo desde el Hogar

Desde el hogar, la familia puede colaborar escuchando activamente a su hijo o hija, no sólo en las palabras sino también en lo corporal, ya que no todos los niños expresan sus emociones verbalmente.

Experiencias Nuevas en Nivel Inicial

Los niños que ingresan a Nivel Inicial se encuentran ante una experiencia nueva para ellos y asociada a muchas emociones: miedo ante la separación de los referentes adultos, inseguridad por lo nuevo, incertidumbre ante personas desconocidas, pero también se encuentran ante un mundo de experiencias novedosas, nuevas rutinas, juegos, juguetes e interacción con otros niños y niñas de igual edad.

Las familias deben conocer cómo es la experiencia que se encuentran atravesando sus hijos dialogando sobre las emociones: sin negarlas, ni aumentar las expectativas, tampoco hacer un mundo de ellas. Simplemente se trata de hablar de esas emociones en esos primeros días de escuela de una forma natural, realista, dejando que los niños también cuenten lo que quieran sobre cómo les va, cómo se sienten o qué pensamientos tienen en su mente.

En este contexto, cabe también pensar y repensar la escuela como espacio de encuentro en el que el saber puede tomar forma de pregunta, de respuesta, de experiencia, y por qué no, de duda. Dando lugar al replanteo por parte de los docentes de sus prácticas y de modos de vinculación con el niño.  No olvidemos que los docentes también se encuentran atravesados por emociones.

Tal es así, que en el proceso de enseñanza y de aprendizaje que se lleva a cabo en la escuela, nos encontramos frente a complejidades que involucran vínculos de reciprocidad, de deseos y de búsqueda. Y acá entra en juego también la función que el docente tiene de acompañar al niño, a la niña, al adolescente en la gestión de las emociones.  

La escuela debe ser un espacio que proteja, cuide, cobije y enseñe al niño, a la niña, al adolescente. Y los momentos de diálogo sobre lo que se siente y la gestión de las emociones son modos de cuidados y protección.

La escuela debe ser un espacio de proyectos compartidos entre docentes, estudiantes y familias.  Proyectos que inviten a hablar de las emociones, a crear vínculos y afectos, sostén y compañerismo.

Compromiso y Acompañamiento Familiar

Las familias deben conocer y acompañar la propuesta pedagógica de la escuela, deben comprometerse con el proceso de aprendizaje de sus hijos e hijas y acompañarlos en dicho proceso, deben anticipar las posibles angustias y validarlas, establecer rutinas diarias y “mirar” a sus hijos.

Los docentes deben abrazar a sus alumnos y alumnas, conocer a las familias y acompañar la realidad social y educativa.

Ojalá que en este ciclo lectivo que se inicia, podamos construir nuevos sentidos a la tarea educativa, podamos acompañarnos, empatizarnos, lidiar con las resistencias y cuestionar nuestros propios límites.  Es tarea tanto de la escuela como de las familias hacer foco en las emociones, en los vínculos, en el cuidado y en la protección mutua.

                                                                                  Beatriz Peretó
Psicopedagoga
Cel: 2604672861

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