Respirar es una función vital: lo hacemos todo el tiempo. Pero, ¿Sabías que eso que hacemos todo el tiempo puede esconder el secreto para relajarnos?
Aquí te mostramos algunas técnicas de respiración para reducir el estrés.
Respiración equilibrada
Procura inhalar en cuatro tiempos y exhalar del mismo modo. De esta forma, podrás liberar el estrés, calmar tu mente y agudizar tu conciencia del momento presente. Esta técnica es especialmente útil si tienes problemas para dormir. Al centrarte en tu respiración, te olvidarás de todas las preocupaciones que te están impidiendo conciliar el sueño.
Respiración nasal
Cuando estamos muy ocupados y estresados, es usual que traguemos la comida sin siquiera saborearla.
En general, abrimos la boca en demasía y tragamos aire innecesario.
Como consecuencia, padecemos dolencias digestivas. Para evitar todo esto, come despacio, respira por la nariz y abre la boca lo estrictamente necesario. De esta forma, facilitarás la digestión y fortalecerás tu paz interior.
Respiración abdominal
Inhala lentamente, inflando tu abdomen todo lo que puedas. Exhala despacio.
Esta técnica es ideal para reducir el ritmo de tu corazón y tu presión sanguínea.
Realizarla es muy útil antes de un examen o cualquier otra instancia estresante.
Respiramos de manera automática. Y como sucede con todo a lo que estamos acostumbrados, la respiración suele pasar inadvertida. Esto puede que torne más difícil la aplicación de estas técnicas, pero no desistas: vale la pena.