La voz es nuestra huella sonora, nos permite comunicar, expresar, identificar estados de ánimo, gestionar vínculos y marcar presencia.
Las personas que requieren su uso por períodos prolongados están más expuestas a padecer alteraciones vocales, como es el caso de los profesionales de la voz.
Los profesionales de la voz
Son todas aquellas personas que utilizan su voz como herramienta de trabajo y como medio principal para la ejecución de su actividad laboral.
Existen numerosas profesiones que utilizan la voz como herramienta de trabajo, la primera categoría profesional con riesgo de contraer enfermedades profesionales de la voz son los docentes. Existen otros profesionales que están expuestos a riesgo de sobrecarga vocal como los cantantes, actores, comerciantes, entrenadores físicos, periodistas y guías de turismo.
¿Cuáles son los factores que pueden afectar la voz?
- Sobrecarga laboral, uso de la voz en otras actividades.
- Mal uso de la voz.
- Asma, rinitis alérgicas.
- Consumo de cigarrillo, reflujo gastroesofágico y faringolaríngeo.
- Hábitos de vida, estrés, temperamento nervioso y ansiedad.
¿Cómo nos damos cuenta qué nuestra voz está afectada?
Se considera un trastorno de la voz cuando su timbre, tono, intensidad o flexibilidad difiere en la voz de una persona para su edad, sexo y grupo cultural. Puede interpretarse como un signo o síntoma de enfermedad. Debemos considerar que una persona con una alteración de su voz no podrá desempeñarse en su trabajo adecuadamente.
Síntomas de alerta
- Voz ronca, tensa, soplada, temblorosa, quiebres de la voz.
- Inspiración bucal forzada y ruidosa.
- Garganta irritada, dolor, sequedad o prurito.
- Fatiga, esfuerzo para hablar.
- Carraspeo, sensación de cuerpo extraño.
Los profesionales de la voz como tal, deben saber cuáles son los requerimientos para una voz saludable y tener conciencia de que las alteraciones de la voz no sólo repercuten en su capacidad comunicativa interpersonal, sino en el desempeño satisfactorio de su profesión.
Medidas de prevención
- Tomar abundante agua antes, durante y después de hacer uso de su voz.
- Programar momentos de inactividad vocal.
- Mantener una alimentación saludable, evitando comidas picantes, que provoquen reflujo.
- Mantener una postura adecuada, de lo contrario se generan compensaciones musculares.
- No exponer la voz a una contaminación excesiva y a productos deshidratantes (humo de cigarrillos, químicos, alcohol, cafeína, aire seco).
- No utilizar la voz de manera agotadora, cuando esté enfermo o se encuentre cansado.
- Consultar a tiempo es una de las mejores maneras de prevenir afecciones vocales.
Estas normas básicas auxilian a preservar la salud vocal y prevenir la aparición de alteraciones y dolencias. Deben ser cumplidas por todos, y particularmente por las personas que utilizan su voz como herramienta de trabajo.
¡Cuidar tu voz es salud y bienestar!
Colaboración de Julieta Rodriguez y Cecilia Morales. Lic en Fonoaudiología