Mitos en la alimentación

Interrogación ante los alimentos

Comer zanahorias favorece un bronceado más rápido

El bronceado se define como el oscurecimiento de la piel inducido por la radiación ultravioleta. Esto ocurre cuando la melanina presente en las células de la epidermis aumenta, por lo que la piel adquiere un tono moreno. La creencia popular sostiene que el consumo de zanahorias favorece o acelera este proceso, debido principalmente a la cantidad de carotenos presentes en las mismas. Sin embargo, la realidad es que el color anaranjado que se logra tras el consumo prolongado de zanahorias no puede considerarse técnicamente un bronceado, ya que éste se produce por la coloración que aportan los pigmentos de la zanahoria (betacarotenos) y no por el incremento de melanina.

Las espinacas aportan mucha energía

Gracias a la mala transcripción de un informe (error en los datos) y posteriormente, a Popeye, éste es uno de los mitos más extendidos en torno a la alimentación. La realidad es que las espinacas, como la mayoría de las hortalizas, no aportan demasiada energía debido a la gran cantidad de agua que poseen. Concretamente, el valor energético de las espinacas es de 31 kcal por cada 100 g, por lo que nadie se llenará de energía tras comerlas como ocurría con el dibujo animado. Sin embargo, no se debe olvidar la importancia de los micronutrientes presentes en éstas a la hora de recomendar su consumo.

Las espinacas tienen mucho hierro

Las espinacas tienen 4 mg de hierro por cada 100 g, lo que puede parecer bastante si se comparan con otras hortalizas. Sin embargo, el aporte de un nutriente no puede evaluarse teniendo en cuenta únicamente la cantidad presente en el alimento. La realidad es que el hierro de origen vegetal no se absorbe tan bien como el presente en los alimentos de origen animal. Así, sólo entre el 2 y el 20% del hierro “no hemo” presente en los vegetales se absorbe, frente al 20-25% de hierro “hemo” de alimentos como carnes o pescados. Además, algunos de estos alimentos contienen más hierro que las espinacas, con cantidades de 5 mg/100 g en la carne de vaca y hasta 14 mg/100 g en el caso de la morcilla. Por último, hay que recordar que algunos compuestos de las espinacas como las proteínas vegetales o la fibra actuarán como inhibidores de la absorción del hierro.

Es bueno comer lechuga para cenar, porque ayuda a conciliar el sueño

Desde hace siglos la lechuga se ha utilizado para combatir el insomnio por su efecto sedante. Este efecto es atribuido a la lactucina, el compuesto responsable del amargor de algunas verduras de hoja. Sin embargo, tradicionalmente este compuesto se utilizaba como opio de lechuga, dejando el látex de la planta secarse al aire libre. Además, los estudios actuales sólo han analizado el efecto sedante de la lactucina como compuesto aislado en animales, sin probar que el consumo de lechuga tenga el mismo efecto en seres humanos. Asimismo, sólo se ha apreciado este efecto cuando la sustancia se administra en dosis muy altas. Siendo así, una ensalada a la hora de cenar no influirá en el sueño, ya que la lactucina aparece en la lechuga en cantidades demasiado bajas.

“Los zumos de verdura limpian nuestro organismo

La moda de los zumos desintoxicantes o detox viene pisando fuerte desde hace años. Estos zumos o batidos se basan en mezclar y licuar diferentes frutas, verduras y hortalizas para conseguir desintoxicar el organismo. Sin embargo, no existe evidencia en torno a las propiedades milagrosas que se les atribuyen. Así, carece completamente de sentido que unos zumos de verduras tengan la capacidad de eliminar toxinas de nuestro organismo, ya que, para empezar, no existe la necesidad de dicha “depuración”. La realidad es que diferentes órganos se encargan de eliminar las sustancias que podrían ser perjudiciales, y éstos no necesitan ninguna ayuda externa para hacer su trabajo. 

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