Psicoanalisis

Psicoanalisis

El analista es el que practica el psicoanálisis.

 El Analista dirige la cura, pero no al paciente, en el sentido de una guía moral o de fe. La dirección de la cura es otra cosa, consiste en hacer aplicar la “regla analítica “esto es la “asociación libre” (esto es poder decir las ideas o palabras que aparecen en ese momento sin preocuparse por su orden o alguna sanción moral o estética), que está enmarcada en una situación analítica. Se entra en análisis con ese Analista y no con otro, porque el parletre ya en su decisión le otorga una significación. Pero el analista no ha de creérselo. Aun así, se presentan en ese punto diversos prejuicios del Analizante (el paciente en situación de análisis) que perturban o detienen la producción de ideas, pensamientos, palabras. En la “asociación libre”, por ejemplo, ese no dominio de la palabra es la condición de la transferencia, que el parletre, hablante ser o ser que habla pueda decir lo que no sabe y que sin embargo detenta. El parletre detenta lo que no sabe. La Transferencia es conectar al sujeto que habla con el inconsciente que sabe. La Transferencia da la consistencia al proceso entero, desde el principio al fin en el proceso de la cura.

El analista siempre debe tener en su horizonte la subjetividad de la época, esto es como se hacen las cosas, que valores y modos de relacionarnos comandan la época de la hipermodernidad. Un Analista debe abstenerse de un furor curandis, esto es poner su deseo a trabajar por encima del deseo del analizante, es decir, saber parar cuando ese parletre encontró su fórmula para ser feliz, aunque no esté curado de su neurosis.

El Analista trabaja con lo humano de la vida. Aquí la norma y lo normal no sirven como referencia de solución. Irán apareciendo temas como elecciones básicas, destino, sentido último que un sujeto dará a su vida. ¿Se podrá responder con la norma para las pocas decisiones cruciales que marcarán la senda en la que vivimos nuestra vida?

El Analizante irá logrando convertir el material de su sufrimiento o angustia en un estilo personal en su singularidad.

No cualquiera es Analista, se requiere partir de un deseo decidido, para luego ponerlo a trabajar. La formación de un Analista lleva muchos años y porque no la vida entera. Su formación se basa en un trípode: 1- pertenencia y trabajo en una escuela de psicoanálisis, 2- supervisión, 3- su propio análisis. Colaboración:

Colaboración de: Elena Compagnone – Psicóloga

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