INFANCIAS Y DISPOSITIVOS TECNOLÓGICOS

dispositivos electrónicos

¿Qué pasa con nuestros niños y el uso de la tablet, el celular, y los dispositivos tecnológicos?

Mucho se habla de esta relación y de la necesidad de retrasar el uso de las pantallas en los niños.  ¿Por qué?

Las funciones cerebrales se consideran un aspecto fundamental en el proceso de aprendizaje.  Y el ambiente que rodea al bebé es de vital importancia ya que, los estímulos que vienen de su entorno, influyen en la estructura de su cerebro.  Por lo tanto, si las condiciones ambientales son favorables al desarrollo cerebral, el niño tiene la oportunidad de desarrollar y potencias las habilidades cognitivas.

Que sucede los primeros meses del nacimiento

Los primeros meses el niño conoce a través de los sentidos y los órganos que lo componen (boca, lengua, nariz, oídos, ojos, etc.) y las diferentes conexiones cerebrales, sinapsis, dan lugar a estructuras funcionales en el cerebro constituyendo así, la base fisiológica que configuran las condiciones de aprendizaje.  Por lo tanto, el cerebro de un niño se va ir modificando en función de los estímulos que recibe del exterior, y, a esa capacidad que tiene el cerebro de los niños durante los primeros años de vida de asimilar la estimulación de su entorno, se denomina “plasticidad cerebral”.

Según estudios realizados, se sabe que en la actualidad más del 90% de los bebés menores de los 2 años han estado en contacto con pantallas.  Y, considerando la importancia de los estímulos del exterior y de la calidad de los mismos en el desarrollo del cerebro, vemos la necesidad de reducir al máximo la exposición de los pequeños frente a las pantallas y de, reemplazar a las mismas por el juego e interacción con los padres y otros niños de la misma edad.

Dado que son utilizados frecuentemente en algunos hogares como un modo de calmar a los niños, lograr un mayor rendimiento laboral desde el hogar, de poder mantener momentos de silencio, se lo suele denominar “chupete electrónico”. 

Dadas las consideraciones anteriormente mencionadas, nos preguntamos: ¿hay algún tiempo recomendable para el uso de la tablet, el celular, la computadora en los niños?

Menores de 2 años

Según la recomendación de Profesionales de la Salud, los menores de 2 años nunca deberían estar expuestos a las pantallas: ni celulares, ni tablets, ni televisiones, ni siquiera para comer.

En esta edad es cuando el cerebro del niño crece más rápidamente, y para ello necesita el contacto directo con las personas. La interacción y valorar la causa – efecto que sus gestos tienen en las demás personas es crucial para su desarrollo.

Un bebé con un dispositivo digital no aprende a hablar, no aprende a comunicarse porque no obtiene respuesta, con lo que los dispositivos tecnológicos antes de los 2 años tienen un efecto nefasto para su capacidad de aprendizaje, el lenguaje, las capacidades sociales e incluso las motoras, ya que apenas se moverá. Además, probablemente, afectará a su sueño y la atención, ya que la luz azul que desprenden las pantallas afectan a la melanina que produce el cuerpo para poder dormir bien.

Entre los 2 y los 5 años

Máximo 30 minutos al día, y siempre bajo la supervisión de un adulto. Es más, deberíamos estar acompañando cada vez que estén con la tablet para explicar al niño su contenido.

Lo mejor sería contenido de calidad, que le enseñe algo y si se trata de un juego, que también sea con el objetivo de aprender.

Nunca hay que dejarles ver contenido violento, porque en estas edades afecta mucho al desarrollo y debemos tener en cuenta que siempre prima el juego real al digital, ya que en este último no están aprendiendo a regular sus sentimientos, ni a interactuar con otros niños, ni a socializarse ni a controlar sus impulsos.

Entre 5 y 12 años

Máximo 1 hora al día, más se considera tiempo que favorece el sedentarismo y la obesidad.

 El control de los adultos debe ser exhaustivo, y nunca debemos dejarlos estar solos con las pantallas en su dormitorio, y mucho menos tener computadoras, tablets o televisores en él.

Desde los 12 años

Esta es la etapa más conflictiva, ya que las redes sociales empiezan a aparecer en sus vidas. Aquí el ciberacoso por parte de los compañeros, los contenidos violentos, sexuales o contrarios a las normas de convivencia, son los principales enemigos de nuestros hijos. Además, está comprobado que, en esta edad, más de dos horas al día frente a la tablet disminuye el rendimiento escolar, las relaciones sociales y familiares y crea conductas adictivas.

En la adolescencia

Los padres debemos acompañar con diálogo y presencia la vida de los adolescentes.  A esta edad ellos ya han adquirido mayor autonomía e independencia, por lo tanto, es momento de acompañar sin invadir, confiar en las bases que hemos impartido al educarlos y observar tierna y cariñosamente sus actividades y conductas.  Es importante que el adolescente sepa que puede contar y confiar en los adultos que acompañan.

Como padres y adultos referentes de nuestros hijos, seamos conscientes y responsables en la educación y formación de los niños y adolescentes.

Brindemos vínculos humanos de calidad.  Los mismos NO SON REEMPLAZABLES por ningún dispositivo tecnológico.


Colaboración: Beatriz Peretó – Psicopedagoga. M.P 242

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